BERNALES P., JOSÉ. Reformas procesales [artículos de revistas]. 1987. Publicado en: TEMAS de Derecho, Año II n.3 , 16-29

La base fundamental de la Justicia es el Juez, que tiene la sagrada misión de dar a cada cual lo suyo. Debe poseer y ejercer continuamente la virtud de la imparcialidad, sin la cual no hay justicia ni proceso (1). Esta cualidad esencial que consiste según el doctor Angélico en no hacer acepción de personas al juzgar, la poseen en sumo grado nuestros jueces y necesita de un continuo ejercicio para hacerse connatural a ellos. Este dominio sobre sí mismo y el cultivo de ideales espirituales superiores es propio de nuestros magistrados, los cuales son increíblemente desconocidos incluso para los miembros del foro que continuamente litigan entre ellos .Este desconocimiento explica quizás , en parte las críticas que reciben con frecuencia.Sobre esta base, todo mejoramiento es posible. Sin la práctica de dicha virtud el proceso es una farsa y nada se obtiene pretendiendo mejorar o modernizar una justicia que no existe en cuanto tal, como desgraciadamente sucede en algunos países.